jueves, 20 de diciembre de 2012

¡El orgullo de ser una Dúimar!


¿Has oído hablar de Dalif, Thonar o Enhar Dúimar? Se cuentan muchas leyendas acerca de ellos, muchas son ciertas otras tantas son verdades a medias exageradas con el paso del tiempo. Dalif tal vez sea el que más sufre las exageraciones en sus vivencias y probablemente sea el más famoso de los tres, un buen mago arcano y nigromante, conocido como novio y hermano de la muerte, el mayor asesino de la historia, hay tanto que contar sobre él que es prácticamente imposible hacerlo sin que  ocupara miles de páginas pero si hay que destacar algo de él, lo más importante en su vida es sin duda su gran don. Dalif posee los ojos más preciosos, manipuladores y cautivadores de todo el universo, un regalo que supo aprovechar desde siempre. Thonar no se queda atrás, conocido como la mismísima tortura en persona, la muerte viviente, ha sembrado el pánico por todos los continentes de Kartia, no tuvo la gran suerte de Dalif de nacer con un don tan característico pero si nació con una fuerza de voluntad férrea y una capacidad de aguantar el sufrimiento que hicieron que ni la mismísima muerte lo consumiera. Por último Enhar, el gran desconocido, el causante de los males como lo llama Dalif, el perfecto, el muerto errante, la única persona que no ha estado ni viva ni muerta , que sin ser un dios ha conseguido visitar el séptimo infierno y el séptimo cielo y volver a la tierra para poder empezar de cero.

La familia Dúimar tiene muchos secretos , secretos a voces algunos, otros guardados en el rincón más recóndito de una memoria que poco a poco hace lo posible por cerrarse y no volver a recordar jamás. Yo, Nayra Dúimar, me siento orgullosa de mi apellido y me siento orgullosa de haber nacido en el seno de esta familia, a pesar de todos los inconvenientes que ello conlleva. Estudio en Oreon, una de las escuelas superiores de magia más prestigiosas de Kartia. Convivo con más de tres mil alumnos procedentes de distintos puntos de Kartia e incluso de las Nuevas Tierras, distintas razas y distintas costumbres pero algo es uniforme para todos, el apellido Dúimar es sinónimo de respeto, miedo e incluso adoración.
He tenido que sufrir muchas discriminaciones por parte de los demás alumnos, discriminaciones disimuladas de las que hago caso omiso, pues si éstos se percataran de que yo las noto probablemente sentirían miedo y comenzarían a hacerme la pelota. Me miran con disimulo a los ojos esperando ver vestigios del don de mi padre, e incluso a veces apartan la mirada con rapidez antes de ser cautivados por el gran don. Ellos no saben que ese don es único y exclusivo de mi padre, ni por asomo tengo los ojos tan preciosos como él ni puedo conseguir todo lo que él consigue con una sola mirada, pero la mente humana es a veces un mecanismo simple que se deja llevar por los miedos. En más de una ocasión he simulado tenerlo, he mirado fijamente a algún compañero y ha sido tal el miedo que ha sentido que verdaderamente he llegado a dudar hasta yo misma de dicha herencia. Mis compañeros se apartan de mi lado cuando hay que conjurar hechizos de ataque. Por mi sangre corre la sangre del mejor asesino que jamás a existido nunca y podría matar a todos los estudiantes con un simple hechizo de raza de nivel uno. Lo pienso y no puedo evitar echarme a reir. Ningún chico es capaz de pedirme una cita y soy una de las muchachas más populares de la escuela.
Muchos compañeros de clase vienen de familias que odian a los teriántropos por encima de todas las cosas y desean que vuelva a haber otro exterminio que acabe con el cien por cien de los hijos de Sika pero cuando me ven a mi o alguno de mis hermanos son capaces de rezar a Lúmeter con el mejor de sus cantos.
Tuve doce hermanos todos mayores que yo, ahora solo me quedan once vivos, uno murió en el exterminio,algo que mi padre jamás perdonará  ni a Dioses, ni a mortales y por lo que está pensando llevar a cabo una gran venganza.. Pero  al poco de morir mi hermano, Koniwa , la pantera que había cuidado de mi padre durante muchos años , tuvo una cría , un teriántropo fijo , siempre con cuerpo de animal y mentalidad de hombre. Cuando Koniwa murió , su hijo pasó a convertirse en nuestro hermano. Mi padre siempre lo había criado como a su hijo pero con la muerte de su fiel madre pasó a serlo en un grado superior.
Mis padrinos son los reyes de los Teriántropos y mi madre es la mismisima discipula de Altárei, todo en mi vida indica fama y prosperidad. Cuando nací las estrellas cambiaron su curso normal, eso ocurre cada mil años o incluso más, mi padre supo que sería especial y por eso me llamo Nayra, que en teriántropo es el nombre que se le da al fénomeno del cambio de movimiento de las estrellas y con las runas adecuadas significa Maravilla. Mi padre además de ser asesino es el mejor vidente de toda Kartia , es capaz de predecir lo que pasará de aquí a cien años o lo que está apunto de suceder un segundo después, descubrió la pócima de la vida eterna y no guarda rencor al que se la robó. Ha tenido la suerte de conocer a muchas mujeres y amar únicamente a una, de viajar por muchos lugares y poder vivir donde quería y hacer que la gente lo tema tanto como lo ama. Estoy orgullosa de ser hija de un Dúimar, estoy orgullosa de ser hija de Dalif y estoy orgullosa de mi vida.

Mis hermanos brillan todos con luz propia , al igual que casi todos los miembros de la familia Dúimar. Y ahora yo, me dispongo a brillar por la mia propia a escribir más leyendas sobre los Dúimar y quien sabe si  conseguiré ser más famosa que mi padre. Tengo claro que Dúimar es un apellido que da honor y respeto pero también es una dura carga. Siento la constante necesidad de ser un orgullo para ese apellido al igual que todos los que lo poseen y esa dura carga a veces te hace hundirte en la más profunda miseria. ¿Puede un Dúimar llorar? ¿Puede un Dúimar sentir dolor? ¿Puede un Dúimar derrumbarse?  Me hice esas preguntas durante muchos años de mi vida hasta que mi padre me hizo entender todo. Un Dúimar nace siendo simplemente un apellido , una pequeña semillita que se tiene que ir regando hasta que se convierta en un pequeño brote, una planta o incluso un fuerte árbol. Durante ese proceso habrá muchas nevadas, cambios de clima que pueden hacer que el brote se quiebre pero lo que caracteriza a un Dúimar es su saber estar ante las malas situaciones, un Dúimar canaliza el dolor y lo convierte en energía para conseguir objetivos. Un Dúimar lucha por sus sueños por encima de todas las cosas. Un Dúimar llora pero ríe el último, un Dúimar siente dolor pero causa mucho más y un Dúimar se derrumba para levántase  con más fuerzas que nunca.

¿Conoces a  Dalif Dúimar?; Es mi padre.

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