jueves, 13 de diciembre de 2012

Éter y Sangre I : La muerte de los Dioses

Os traigo el primer fragmento de una de las últimas obras, como podéis haber visto en la lista anterior. Espero que os guste y que os gusten los personajes que salen en él porque probablemente pronto pondré un poco de información sobre ellos. ¡Gracias por la visita y no olvidéis comentar, vuestra opinión es lo más importante!



Y el grupo de héroes se encontraba allí rodeado de aquellos monstruos. Êrhar miró a sus compañeros y después fijo la mirada en aquellas criaturas infernales. No había ninguna otra salida, solo podían luchar. Cogió su nekwar  con fuerza y echó a correr dispuesto a acabar con todos ellos, no tenía nada que perder pero no pensaba quedarse de brazos cruzados, sabía que Katen no querría eso. Sintió como la adrenalina y la melancolía le subía desde los pies a la cabeza y que su corazón empezaba a latir rápidamente. Hacía tiempo que no sentía aquella sensación. Llevaba muchos años sin luchar pero llevaba mucho más tiempo sin sentir compañía. Escuchó las voces de Breden y  Laen instando a los demás a seguir los pasos del Mawka y no pudo evitar sonreír, todo volvía a ser como en aquella época, en que él era Ejecutor del Círculo de los Esclavos , todos le seguían, volvía a luchar , volvía a sentirse vivo, y fue en ese instante cuando se dio cuenta de que había traicionado a Katen, había descuidado a sus hijos, se había apartado del Círculo, había olvidado que y quien habían hecho que él fuera como era. Sintió como la ira se apoderaba de él y la descargó en el primero de los zombies que se le acercó. De un único golpe con su  nekwar le arrancó la cabeza que rodó hacia un lado haciendo que Breden que se encontraba junto a él  tuviera que esquivarla de un salto para poder matar a tres monstruos después. Sintió más y más ira, todo lo que había hecho en su vida había sido para hacer feliz a Katen y cuando sus hijos nacieron para hacerlos felices a ellos también. Recordó a su pequeña Wenhtara, siempre había sido su niña favorita, una auténtica niña de papá, la amaba por encima de todas las cosas desde el día que nació y llevaba años sin verla.
 Un segundo grupo de muertos se acercó a él y a Breden, éste miró a Êrhar y le indicó que fuera hacía el siguiente grupo, ése era para él.  El mawka asintió y se dirigió hacia la próxima compañía de cadáveres andantes sin dejar de pensar que todos esos años había sido tan egoísta como la primera vez que abandonó a Katen. Solo quería volver a ver a sus hijos y especialmente volver a ver a su pequeña Wenhi, pero mientras clavaba su nekwar en el pecho del último de los zombies sintió que ya era tarde y jamás volvería a verles.  

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Éter y Sangre: La muerte de los Dioses by Lidia Rodríguez Garrocho is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.

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